El árbol de Navidad es uno de los compañeros más entrañables de nuestras fiestas. Pero muchas veces nos cuesta encontrarle el hueco que se merece en nuestro hogar, donde sea suficientemente visible; sobre todo si nos vemos obligados a vivir en un ático o piso de pequeñas dimensiones. Por suerte, tenemos una solución para no tener que olvidarnos de él: optar por un árbol de sobremesa.
Como su nombre indica, están preparados para colocarse sobre una mesa o un mueble alto. Su tamaño es mucho más reducido que el de uno tradicional, pero sus posibilidades son las mismas: podemos adornarlo con guirnaldas, con bolas o con cualquier clase de decoración que se nos ocurra. Además, otra de sus ventajas con respecto a los árboles habituales es que podemos adquirirlos en diferentes colores, de manera que lo tendremos mucho más fácil para combinarlos con el estilo decorativo general de nuestro hogar en Navidad.
Podemos comprarlos como plantas naturales, de acebo o rusco (siguiendo uno de los consejos de los que os hablábamos en nuestra anterior entrada); debemos informarnos de los cuidados que necesita, antes que nada, para que nos dure toda la temporada.
O bien sintéticos, con la posibilidad de que vengan ya adornados con diferentes motivos. Bajo estas líneas tenemos un modelo de color rojo, pero también es habitual encontrarlos plateados, dorados y de otros tonos propios de la Navidad.
Si queréis optar por estos arbolillos para darle colorido a vuestro hogar, o incluso a vuestra oficina o establecimiento, no tenéis más que visitar alguna tienda especializada. En Internet podéis encontrarlos en www.decoracionparanavidad.com (ya no está disponible).