EL MONIGOTE
Material: Papel. Lápiz. Tijeras. Celo.
Procedimiento:
Recorta el papel dándole forma humana. No hay normas respecto al tamaño y aspecto del monigote. Elige a tu víctima e intenta pegarle el monigote en la espalda sin que se dé cuenta. Hay variantes al respecto: escribir palabras obscenas en el monigote o intentar pegarlo con chinchetas en lugar de celo (esta segunda opción es todo un reto, porque es difícil que la víctima no note la chincheta en su espalda y te pille in situ, con todas sus consecuencias).
¿Qué pasará?
La personita elegida se paseará por el mundo ignorando el por qué la gente se ríe de él a su paso. Como un Santo Inocente. Hasta que alguna alma caritativa le dirá que lleva pegado un monigote en la espalda.
UN CRISTAL APARENTEMENTE ROTO
Material: Una pastilla de jabón nueva.
Procedimiento:
Elige una ventana, cuanto más grande sea, mayor será el susto del dueño. Con las esquinas del jabón, dibuja unas líneas en forma de estrella o de telaraña sobre el cristal.
¿Qué pasará?
El dueño de la ventana en cuestión creerá que alguien le ha roto el cristal porque las marcas del jabón dejan una línea fina que a pocos metros parece que la ventana esté rota.
HOME SWEET HOME
Material: Un poco de excremento. Una bolsa. Cerillas o mechero.
Procedimiento:
Mete el excremento dentro de la bolsa, ciérrala y llévala hasta la puerta de la casa de la persona a quien le quieras hacer la broma. Préndele fuego con cuidado, evitando quemarte tú y quemar la casa. Rápidamente, toca el timbre y sal corriendo.
¿Qué pasará?
La víctima abre la puerta, y al ver algo quemándose en sus narices, instintivamente tratará de apagarlo a pisotones. Apagará el fuego pero se habrá ensuciado los pies.
ZAPATOS POLVORIENTOS
Material: Polvos de talco.
Procedimiento:
Llena la punta de los zapatos de tu víctima con polvos de talco.
¿Qué pasará?
Cuando el dueño se ponga los zapatos, la sensación no será agradable. Y por más que los limpie, se pasará unos cuantos días esparciendo polvos cuando camine.