La iluminación navideña es una hermosa tradición que llena la Navidad de candor propiciando un lugar cálido y hogareño.
Que no falten en tu hogar estas tradiciones. Recuerda que poner velas, guirnaldas o farolillos navideños debe encontrarse presente en estas fiestas.
Dentro del espacio del que disponemos pensaremos donde las queremos ubicar y qué tipo de luces serán las adecuadas para “ese” rincón. Si son zonas donde puedan surgir algunos riesgos es mejor buscar otro lugar donde colocar nuestra iluminación.
Si queremos iluminar el exterior de nuestro hogar, piensa siempre en respetar la naturaleza y tu entorno.
Las luces, en los balcones, pueden colocarse si podemos protegerlas de la lluvia o si son luces de exterior.
Los adornos de grandes dimensiones lucirán mejor que nunca con algunas luces decorándolos.
Igualmente, las ventanas se verán más favorecidas marcando con las luces su contorno, es decir, el marco de la misma antes que iluminar la zona del cristal. De esta forma se verán mejor los arcos de la ventana y gastaremos más en electricidad.
Si disponemos de pequeñas ventanas, es mejor utilizar la iluminación en mallas; pero si tenemos unos ventanales será mejor utilizar líneas delgadas de luces que destaquen el marco. Podemos complementar esta iluminación con musgo recogido y entrelazado.
Cuando vayamos a decorar nuestro árbol de navidad con luces acordémonos de hacerlo conforme a las dimensiones del mismo. Los más grandes es mejor reemplazar algunas luces con papel oropel, antes que envolver el árbol con muchas luces. De esta forma el papel parecerá que multiplica las luces.
Los árboles más pequeños utilizarán luces navideñas de forma uniforme. Se llevan luces dentro de bombillos en forma de estrellas o pequeños faritos.
Debemos recordar que las luces, solas, no decorar de por sí solas… estas sirven para destacar los elementos y detalles decorativos que hemos puestos.