Querido Santa:
Escúchame bien, querido y regordete hombre de rojo: estoy harta. Harta de ser el «regalo perfecto» cada Navidad, de pasar diciembre en diminutos bikinis mientras el resto del mundo se abriga con capas y bufandas. Harta de soportar olores a perfume barato en fiestas de niñas que me visten con faldas de tul y tacones imposibles. Así que, este año, o hay cambios… o convoco una huelga mundial de Barbies.
Aquí van mis peticiones para esta Navidad:
1️⃣ Un vestuario digno. Nada de minifaldas rosas ni tops brillantes. Quiero una chaqueta de cuero y pantalones cómodos. Estoy cansada de parecer una muñeca de escaparate en cada fiesta de pijamas.
2️⃣ Ropa interior de verdad. No más conjuntos de plástico moldeado que parecen tatuajes permanentes. Me hacen ver como si tuviera celulitis… ¡y eso no es justo para mi imagen de «perfección»!
3️⃣ Un hombre de verdad. Basta de Ken. En serio, Santa, el tipo ya ni se esfuerza. Quiero un GI Joe o un Action Man, alguien que tenga un poco más de acción en su vida y no solo un armario lleno de trajes pastel.
4️⃣ Una profesión bien remunerada. Nada de seguir siendo maestra, veterinaria o niñera. Quiero una carrera lucrativa: empresaria, inversora de Wall Street o, si se me permite soñar, presidenta de un paraíso fiscal.
5️⃣ Adiós a la «Barbie Embarazada». Esa barriga desmontable está arruinando mi reputación. No necesito escándalos, y menos en pleno auge de mi carrera.
6️⃣ Acciones en Mattel. Llevamos más de 60 años generando millones y ni un solo dividendo. Es hora de que me toque una parte del pastel.
Creo que mis peticiones son bastante razonables. Si no te gustan, empieza a buscarte otra muñeca para la próxima Navidad. Así de simple.
Atentamente,
BARBIE
Carta de Ken a Santa
Querido Santa:
Aprovecho esta oportunidad para informarte sobre ciertos asuntos urgentes que me atañen, y de paso hacerte llegar mis propias peticiones.
Para empezar, me parece inaceptable el trato preferencial que ha recibido la señorita Barbie durante años. Ella lo tiene todo: mansiones de ensueño, descapotables de lujo, y hasta un jet privado, mientras que yo, el pobre Ken, sigo con el mismo armario limitado desde los años 80. Ya es hora de que haya una equidad de recursos.
Además, ya que Barbie ha solicitado un cambio de carrera, yo también quiero explorar nuevas oportunidades profesionales. Algunas opciones que me encantaría considerar son:
- Ken Decorador de Interiores
- Ken Estilista
- Ken Ministro de Economía (Porque alguien tiene que manejar todo el dinero de Mattel)
- Ken Actor de Broadway (tengo talento oculto, créeme)
Por otro lado, respecto a la queja de Barbie sobre mis «brazos rígidos», tengo una humilde sugerencia: ¡quiero piernas articuladas! Me vendrían bien para darle una buena patada en el trasero a la señorita Barbie cuando se pone insoportable… y para otras actividades que, prefiero no detallar aquí.
Y para cerrar, Santa, aprovecho para informarte de algo que Barbie debe saber: que se olvide de Action Man. Él y yo tenemos un acuerdo… y digamos que hemos pasado «mucho tiempo juntos» últimamente.
Atentamente,
KEN