Cuento el Gigante egoísta II

Hoy os dejo con la segunda parte del cuento del gigante egoísta. Un estupendo cuento que espero que os esté gustando!

gigante

El Gigante sintió que el corazón se le derretía. ¡Cómo he sido tan egoísta! – exclamó – Ahora sé por qué la primavera no quería venir hasta aquí. Subiré a ese pobre niñito al árbol y después voy a quitar el muro. Desde hoy mi jardín será para siempre un lugar de juegos para los niños.

El Gigante estaba de veras arrepentido por lo que había hecho. Bajó entonces la escalera, abrió cautelosamente la puerta de la casa, y entró en el jardín. Pero en cuanto lo vieron los niños se aterrorizaron, salieron a escape, y en el jardín volvió a ser invierno otra vez.

Sólo el niño pequeñín del rincón no escapó porque tenía los ojos tan llenos de lágrimas que no vio venir al Gigante. El Gigante se le acercó por detrás, lo tomó gentilmente entre sus manos, y lo subió al árbol.

Y el árbol floreció de repente, y los pájaros vinieron a cantar, y el niño abrazó el cuello del Gigante y lo besó. Los otros niños, cuando vieron que el Gigante no era malo, volvieron corriendo. Con ellos la primavera regresó al jardín. Y les dijo el Gigante:

– De ahora en adelante, el jardín será vuestro.

Y tomando un hacha, echó abajo el muro. Al mediodía, cuando la gente se dirigía al mercado, todos pudieron ver al Gigante jugando con los niños. Estuvieron jugando allí todo el día, y al llegar la noche los niños fueron a despedirse del Gigante.

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– Pero, ¿dónde está el más pequeño? – Preguntó el Gigante-, ¿ese niño que subí al árbol del rincón?

El Gigante lo quería más que a los otros, porque el pequeño le había dado un beso.

Un cuento de Oscar Wilde (Irlanda,1854 – Francia,1900)

Foto: spencerhallam

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