Hoy te propongo una sopa que «resucita a los muertos» como dice mi madre. Más que una receta navideña es un remedio navideño. Es una sopa destinada a esos días post-fiesta, es decir, después de Noche Buena o Noche Vieja porque lo mejor es tomar una comida reconstituyente, porque tu cuerpo te lo agradecerá, porque esas noche se come mucho y se bebe aún más.
Además con esta sopa también refuerzas tus defensas, seguro que te sentirás mejor después de tomarla.
Ingredientes:
- 2 dientes de ajo
- 2 ramitas de tomillo, a ser posible fresco
- 4 rebanadas de pan duro ( de ese que sobró la cena del día anterior)
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 4 vasos de caldo de cocido (o de vegetales, como tu prefieras)
- sal
- y para completar la sopa pon un huevo escalfado encima.
Preparación:
- Lo primero que hacemos es pelar los ajos y laminarlos muy finitos, tanto como te sea posible. Y ahora doramos los ajos en una cazuela con dos cucharadas de aceite de oliva.
- En este momento hay que lavar bien las ramitas de tomillo, poniéndolas debajo del grifo, después la secaremos muy vien con papel de cocina, para que no queden restos de agua.
- Y por último a la cazuela añadirmos las ramas de tomillo, el pan troceado, una pizca de sal, y lo cubrimos con los 4 vasos de caldo. Dejamos que hierva unos minutos ( de 5- 10 min), lo retiramos del fuego y lo dejamos reposar antes de servir unos 10 minutos más.
- Acompañamos la sopa con un huevo escalfado, y ya puedes tomarla.
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