Los druidas usaban el acebo para decorar sus cabañas con un uso responsable, con las ramas de hoja perenne, durante Giamos, como una forma más de permitir a los espíritus silvestres de la naturaleza que morasen junto a los que los veneraban y respetaban.
Los druidas también fueron conocedores de las propiedades curativas del acebo y lo usaron para hacer unguentos y conjuros. Pero curiosamente se usaba para dar de comer a los urogallos y otros animales, porque para los humanos su consumo es venenoso.
Por ser de tal importancia para los druidas el acebo más tarde se utilizó como emblema de diversos clanes de las Altas Tierras de Escocia.
Un mito celta relacionado con el acebo es el relato en el que los protagonistas son Gawain, señor del roble y El Caballero Verde, señor del acebo, donde se describe la virtud del honor, posteriormente el romance irlandés fue adaptado a las fábulas arturianas, menos paganas, como una batalla anual entre el caballero del Roble y el Caballero Santo, siendo en sus orígenes un relato celta irlandés denominado «Romance de Gawain y el caballero verde» que tiene que ver con el espíritu humano, puesto a prueba.
La divinidad arquetípica que mejor encaja con estas características del acebo; es Danu, la Madre de todos los dioses irlandeses, equiparada a la galesa Don, sus menciones se remontan, según los investigadores a época protocelta.
Vía : libro de arena