El Gordo de Navidad
Le tocan a un hombre 400 millones de pesetas en la Lotería de Navidad y un locutor de televisión le pregunta:
– Bueno, y ahora, ¿a qué va a dedicar usted los primeros millones?
– Yo, a pagar deudas.
– Sí, pero, ¿y los otros?
– Los otros que esperen.
El lechón
Llega el marido a casa y le dice a su mujer:
– ¡Hola Maruja, a que no sabes qué me han regalado!
– Pues no Pepe, no me lo imagino.
El hombre abre un fardo, saca un lechoncillo y se lo enseña.
– ¡Mira! Me he encontrado con mi tío que venía del pueblo y me ha dado un lechón.
– ¡Pero Pepe! ¿Para qué queremos nosotros un cerdo?
– Calla Maruja, que dentro de cuatro meses llegan las Navidades, lo alimentamos hasta entonces y así solucionamos la cena de Navidad.
– ¡Tú estás loco! ¿Dónde piensas que lo vamos a meter?
– Pues… ¡Debajo de nuestra cama!
– ¡Pero bueno! Esto es lo último que me faltaba ya por oír. Y… ¿Qué pasa con el olor?
A lo cual el hombre contesta:
– El olor… el olor… ¡¡¡¡¡Que se aguante!!!!!
¡Fegiz ane uego!
Están un matrimonio de viejos, y uno dice:
– ¡Fegiz ane uego!
– Pero Raimundo, cómo que feliz año nuevo, si no es Navidad.
– ¡Fegiz ane uego!
– Pero qué dices, carcamal, si estamos en agosto.
– ¡Fegiz ane uego!
– A ver, espera que te pongo la dentadura, que no te entiendo…
– ¡¡Felisa, me muero!!
Preservativos navideños
En la escuela Pepito presume ante sus amiguitos de saber quién inventó los preservativos.
– ¿Quién inventó los preservativos?
– Los Reyes Magos.
– No puede ser…
– Sí, mi papá me dijo que los Reyes llegaron con dádivas, regalos y con dones.