La navidad en Bulgaria no se diferencia mucho de la del resto de países, pero como todos los países, tienen ciertas tradiciones que la hacen especial del resto.
Por ejemplo, en el tema de la cena de Nochebuena, además de ser una noche familiar, la cuaresma manda y no se puede comer ni carne ni pescado, por lo que el menú se compone de verduras, legumbres y mucha fruta.
A la hora de preparar el menú, cada familia opta por preparar siete platos distintos (uno por cada día de la semana), doce platos (uno por cada mes del año) o bien nueve (uno por cada mes que pasa antes de nacer).
Entre los platos más típicos están los pimientos rellenos de arroz, las judías y las cebollas. Su tradición dice que probar un poco de cada plato da buena suerte, por lo que todo el mundo prueba de todos los platos que haya sobre la mesa.
Pero la verdadera fortuna se encuentra dentro del pan redondo que cocina la matriarca de la casa, pero es el patriarca quien lo parte y quien lo reparte, y a quien le toca la sorpresa, tendrá un año nuevo muy próspero.
Tras la cena, la mesa no se recoge, se deja puesto para los muertos de la familia.
El día 25, terminada la cuaresma, comienza lo que llaman el «periodo sucio», en el que ya se puede comer carne. Ese día la familia se reúne en la casa de los más mayores y otra vez una variedad de platos da sabor a la fiesta. El día 31 es otra fecha importante, con la llegada del año nuevo se reparten los regalos.
El último día del año, el plato principal es el banitsa, un pastel de hojaldre relleno de queso y huevos.