¿Pensando en viajar a Sri Lanka? Información sobre visado y sitios que descubrir en la lágrima de la India para unas Navidades únicas
Este artículo sobre Sri Lanka prepara al viajero para contar con la documentación necesaria para ingresar sin problemas en el país y disfrutar de todas las maravillas que ofrece, especialmente en navidades. Un país lleno de encanto en el que destaca su patrimonio cultural, sus paisajes naturales, un pueblo amable que siempre recibe al viajero con una cálida y sincera sonrisa. Entre sus curiosidades; el árbol de Navidad más alto del mundo que alcanzó el récord Guinness.
En 2016, Sri Lanka construyó el árbol de Navidad más alto del mundo y logró el récord mundial Guinness del «Árbol de Navidad artificial más alto». Cada año, el Galle Face Green en Colombo se convierte en una feria de Navidad en el período previo a estas festividades y hay un árbol construido para la ocasión. Este ya es motivo suficiente para que viajero se haga una idea de lo especiales e intensas que puede ser esta época del año en esta isla mágica.
La Navidad en Sri Lanka es única, una Navidad tropical para recordar, en sandalias y pantalones cortos. Una combinación perfecta de escapada al paraíso, con la celebración de un Año Nuevo más exótico: playas de ensueño, ruinas espectaculares y cultura budista en estado puro. Aquellos que estén pensando en cuándo viajar a Sri Lanka, las vacaciones navideñas son uno de los mejores momentos del año.
¿Qué ofrece Sri Lanka al viajero?
Durante mucho tiempo, la conocida como La lágrima de India, ha permanecido escondida a las rutas más turísticas, algo que sorprende por la espectacularidad de sus paisajes, su extraordinario legado cultural y sus paradisiacas playas, además del calor de su gente, un pueblo amable y acogedor.
Es difícil imaginar cómo una sola isla tiene tanto que ofrecer, hasta que se visita y descubre. Es una actividad obligada recorrer en tren panorámico los paisajes montañosos del norte y disfrutar de sus campos de té, ir de safari para ver elefantes y leopardos en libertad en alguno de sus parques naturales, así como bañarse o practicar surf en las playas salvajes del sur. Tampoco hay que dejar de visitar las ciudades coloniales o recorrer alguna de sus muchas rutas de senderismo. Pero antes de todo eso, hay que contar con la documentación adecuada.
Visado y pasaporte
Para poder entrar en Sri Lanka, todo viajero de nacionalidad española tiene que contar con un visado válido (ETA). Tiene una validez de seis meses y permite entrar al país, para una estancia no superior a 30 días. Aunque a la hora de realizar la solicitud de visado de Sri Lanka no es necesario tener un billete de avión comprado para viajar, sí que se necesita tener un billete de vuelta a la hora de ingresar en el país.
Así mismo, el viajero tiene que contar con un pasaporte válido durante al menos seis meses y demostrar que cuenta con los suficientes recursos financieros para pagar su estancia en la isla. Es aconsejable contratar un seguro de viaje para recibir asistencia médica o cubrir los gastos de cualquier otro infortunio que pudiera suceder durante la estancia dentro de estas fronteras.
Y ahora sí, un recorrido por algunas de las cosas que no se pueden dejar de ver y hacer en Sri Lanka.
Playas impresionantes
Tratándose de una isla, no es de extrañar que la primera recomendación sea disfrutar de sus playas paradisiacas. ¿Hay algo mejor que recibir el año rodeado de palmeras, tumbado en su fina arena o bañándose en aguas cristalinas? Hay payas para todos los gustos, y ninguna dejará indiferente al turista: largas y de arena fina y dorada, otras con suaves y onduladas dunas de arenas blancas, las hay tranquilas, pero también con fuerte viento y oleaje, ideal para practicar surf.
En algunas el tiempo se detiene, se respira un ambiente tranquilo pausado, pero no faltan aquellas que se entregan a la fiesta. Lo que es seguro es que todas ellas le hacen justicia al rumor de que aquí se encuentran algunas de las mejores del mundo, enamorando al visitante. Al volver a casa, de rutina en el trabajo en un frío mes de diciembre, seguro viene la imagen de las palmeras y las aguas más cristalinas que se hayan visto jamás.
Hacer un recorrido en tren
Un recorrido en el tren a Ella es una excelente forma de disfrutar de unos paisajes espectaculares de plantaciones de té, salpicados con los coloridos de los saris de seda de las colectoras tamiles.
En las estaciones, los vendedores ofrecen sus mercancías, entre las que merece la pena probar los deliciosos buñuelos de maíz y guindilla, que el viajero recibirá envueltos en viejas hojas de libreta.
Parque Nacional de Uda Walawe
Los meses de diciembre y enero son cálidos y secos, el clima más favorable para el viajero para hacer sus recorridos turísticos, por lo que las navidades son la mejor época para viajar a Sri Lanka.
Visitar cualquiera de sus parques nacionales es obligatorio para los amantes de la naturaleza. En concreto, el de Uda Walawe, una enorme y verde sabana que recuerda a África Oriental. Un safari por este parque permite ver manadas de búfalos, elefantes, sambares, cocodrilos e infinidad de aves.
Otros parques destacados son el Parque Nacional de Bundala (Reserva de la Biosfera por la Unesco), Parque Nacional de Sinharaja (declarado Patrimonios de la Humanidad por la Unesco y Reserva de la Biosfera), el Parque Nacional de Yala (que tiene la mayor densidad de leopardos del mundo), entre otros.
Ruinas en Polonnaruwa
Se trata de un conjunto de monumentos y construcciones, distribuidos alrededor de un enorme cuadrilátero de césped. Presentan al turista lo que fue en tiempos pasados el centro del reino. Un viaje por la cultura y la historia de Sri Lanka gracias a las placas informativas que se pueden encontrar, aunque es posible que los edificios resulten tan sumamente extraordinarios que el turista tan solo se dedique a su contemplación.
El amanecer o al atardecer, cuando los rayos rosas del sol colorean las ruinas, es todo un placer para lo sentidos, una experiencia única de las que se recuerdan toda una vida.
Otras visitas culturales obligadas son la Antigua Anuradhapura y la Roca de Sigiriya.
La fortaleza de Galle
Se trata de una auténtica obra de arte arquitectónica en la que el hombre y la naturaleza han unido sus esfuerzos. Los holandeses fueron los que se encargaron de trazar calles y edificios, los cingaleses le añadieron el toque de color y estilo, mientras que la naturaleza se encargó de hacer el resto, cubriéndola de vegetación tropical, humedad y aire salino.
El resultado, como no podía de otra manera, es un casco antiguo de lo más encantador, en el que el visitante puede disfrutar de galerías de arte, cafés-boutique, tiendas singulares y pensiones u hoteles en los que alojarse. Un lugar ideal para aprovechar unas fechas completamente diferentes y hacer las compras de Navidad trayéndote recuerdos únicos de vuelta a casa.