Los centros de mesa son casi imprescindibles en la decoración de una época donde las comidas y las cenas proliferan por doquier. Parece que nunca hay suficientes días para reunir a los familiares o amigos en casa, y quizás queramos utilizar diferentes tipos de centro para cada uno. En caso de que así sea, os ofrecemos hoy algunas ideas para que podáis innovar en este detalle.
Solemos pensar que una mesa redonda necesita un meso redondo, y una cuadrada, uno del mismo estilo… pero nada más lejos de la realidad. Lo recomendable en estos casos es buscar el contraste. Si nuestra mesa es redonda, colocar un elemento idéntico en su parte central creará una especie de “bucle visual”; en lugar de eso, escoge uno que tenga forma rectangular o de otra figura geométrica. Del mismo modo, en el caso de una mesa de tales características, sí debemos escoger un centro redondo u ovalado.
En cuanto al estilo del mismo, muchas personas optan por colocar velas aromáticas y de colores (y si os decidís a hacerlo, recordad visitar nuestra entrada de hace algunos días, donde os mostrábamos el simbolismo de cada color). Se pueden acompañar de hojas de terciopelo, rojas o blancas, y de piñas.
Otra posibilidad es la de utilizar un jarrón o un cuenco, en cuyo interior colocaremos elementos navideños: las citadas piñas pueden también encajar en este otro estilo, así como estrellas o bolas del árbol, y también un popurrí de flores con los colores de la temporada.
Como norma general, podemos establecer un toque determinado en función del tipo de concurrencia: si estamos con la familia o los amigos podemos optar por un estilo más colorido y desenfadado; y uno más elegante en caso de que se trate de una reunión con compañeros de trabajo, por ejemplo. Recuerda que el centro de mesa será visible desde todos los ángulos y en cada momento de la comida, por lo que otorgará una personalidad especial a la decoración y a tu hogar.