Buenos días amigos! Hoy hablamos sobre decorar, durante las fechas, con una planta que es tradicional de las Navidades.
Su color tan vivo es lo que me atrae de la flor de Pascua, si aún no tienes ninguna por tus rincones, hoy te hablamos un poco de ella.
Esta planta es un arbusto al que le gusta la humedad y el calor de su ambiente tropical original. No le gusta nada el ambiente seco y cargado que a veces generan nuestras calefacciones, en inverno.
En estas circunstancias lo normal es que empiece a perder las hojas verdes y que nos quedemos sólo con las de color y toda la planta pelada. Y que tras pasar tres semanas con nosotros en Navidad acabe en la basura.
¿Qué podemos hacer para salvar nuestra poinsettia y que luzca de nuevo hermosa la próxima Navidad?
Primero, que en casa no le falte humedad, luego una vez pasada la Navidad, lo ideal es trasplantarla a una maceta mayor con más tierra, podarla hasta dejar sólo cuatro dedos de altura de mata y dejarla a buena luz, sin corrientes que le supongan cambios bruscos de temperatura.
El riego se hará como con todas las plantas, cuando su sustrato haya perdido la humedad, osea si al tocarlo está seco, necesitará más agua en epoca de calor y menos en la fría.
Lo normal es que la planta empiece de nuevo a brotar y que a finales de primavera ya tengamos una poinsettia verde llena de hojas y así seguirá creciendo, su crecimiento es bastante rápido.
Podemos dejarla así y la planta vivirá feliz y verde. Pero si queremos que la copa de sus hojas adquiera el color que tenía cuando la compramos hay que hacer un tratamiento especial, que no difícil, a nuestra poinsettia.
Y es el siguiente, a partir de octubre debe pasar al menos la mitad del día en un lugar oscuro, sin recibir luz ni solar ni artificial, podemos taparla con una caja o meterla en un armario. Esta ausencia de luz hará que la planta empiece a coger el color que tenía en su copa, puede ser rojo, el más común, crema o rosado, ahora también tenemos alguna variedad jaspeada que mezcla dos o más tonos.