A muchos les sonará este divertido dulce por su aparición como un personaje secundario en las películas de Shrek. Este simpático hombrecillo que vemos en la imagen está en realidad hecho de pan de jengibre, y es un dulce muy popular en diversas zonas del mundo cuando llegan las fiestas navideñas.
El pan de jengibre comenzó a hornearse en la Edad Media, en los países del centro de Europa, utilizando para su elaboración los azúcares y especias que se empezaban a traer desde el Este por medio de las Cruzadas. Durante mucho tiempo,se empleó en las islas británicas como una forma de conservación de otros alimentos, debido a sus propiedades para preservar el sabor. No fue hasta el siglo XV cuando comenzó a considerarse un dulce propiamente dicho y se ideó la divertida forma que perdura hoy en día. Durante los siglos XVII y XVIII adquirió una gran popularidad, creándose incluso gremios especialmente dedicados a su fabricación.
Es muy popular en Francia, Alemania e Inglaterra, donde cada año, al llegar la Navidad, se celebran ferias dedicadas especialmente a su elaboración y degustación (conocidas como “gingerbread fairs” en los países de habla inglesa). En algunos lugares, las ferias se extienden a lo largo de todo el año, y el pan de jengibre adopta formas correspondientes a cada estación: en otoño, por ejemplo, se hornean como animales de todo tipo, y en primavera con la forma de flores y plantas.
En algunos pueblos de Inglaterra existe una curiosa costumbre: las mujeres jóvenes que desean encontrar marido comen pan de jengibre con forma de hombre, para atraer a un pretendiente adecuado. En otros lugares, el pan de jengibre se utiliza para honrar al santo o el patrón de la región, y durante la festividad dedicada a él se hornean panes con su figura. Son sólo algunas muestras de la importancia de este dulce, poco conocido en España pero muy querido en numerosos países.