¿Eres de esas personas que se echan a temblar cuando tienen que envolver un regalo? Lo cierto es que, aunque puede parecer extremadamente sencillo, a veces terminamos peleándonos con el papel, tijeras y cinta adhesiva en ristre, para terminar obteniendo un resultado que deja bastante que desear…
Si queremos evitar pasar por semejante «trance», nada mejor que utilizar el método que hoy os presentamos: el furoshiki japonés. En realidad, con el término “furoshiki” se denomina a una tela de gran tamaño que puede doblarse de formas muy diversas hasta conformar envoltorios de múltiples tipos. Siguiendo unas directrices muy sencillas, que se inspiran en el arte de la papiroflexia u origami, podemos envolver regalos de cualquier tamaño… y no tendremos que terminar hasta las narices del rebelde papel de colores. ¡Sigue leyendo y te contamos más!
Hoy en día el furoshiki está muy extendido fuera de Japón: son muchos los países que incluso cuentan con asociaciones oficiales destinadas a transmitir esta curiosa disciplina. Por tanto, no nos será difícil encontrar tela de este tipo en tiendas especializadas o a través de proveedores online. Los materiales más habituales en los que suele fabricarse son el algodón, el nylon o la seda.
Bajo estas líneas tienes algunos ejemplos de combinaciones válidas para un furoshiki. Algunas están especialmente destinadas a los regalos, y otras, incluso, a nuestra vida diaria. El furoshiki siempre ha sido un método empleado, desde hace siglos, para múltiples usos cotidianos en Japón: transportar la ropa para cambiarse en los baños públicos (de hecho, la palabra en sí proviene de este uso), las botellas, la comida, etc.
La forma básica para los regalos es la llamada furoshiki otsukai. Está especialmente destinada a los objetos cuadrados, que serán, probablemente, los que más utilizaremos a la hora de regalar. Prueba con ésta y otras formas tradicionales y olvídate de los quebraderos de cabeza.