La leyenda del abeto navideño - Navidad. Tu revista navideña

La leyenda del abeto navideño

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Se ha alejado ya navidad, pero ambiente sigue por unos días más con el entrañable espíritu navideño y por ello aprovecharemos estos últimos días previos a la gran celebración del Día de Reyes cuando realmente se cierran las fiestas navideñas, para contarles algunas de las más famosas leyendas navideñas que circulan por el mundo y que muchas datan de la Edad Media en Europa. Estas leyendas han ido transmitiendo por generaciones sin perder pese a la modernidad, el encanto de todos los relatos navideños.

Como sabes, el abeto ha sido siempre considerado el árbol navideño por excelencia, su hermosa imagen y tamaño contribuyen a hacerlo el centro de todas las miradas dentro de la decoración navideña tradicional, pero no es solo por su saludable apariencia que el abeto es el árbol de navidad tradicional, a su popularidad ha contribuido una leyenda de Centroeuropa que data de los años de la Edad Media y que relata cómo fue que entre muchos árboles, el abeto se convirtió en un árbol navideño.

Relata la leyenda navideña del abeto, que previo al nacimiento del niño Jesús, fueron convocadas todas las criaturas vivientes a presentarle sus saludos al hijo de Dios, para ello tanto animales como plantas tomaron camino a Belén para rendir tributo al Mesías que estaba por nacer. En un apartado lugar del bosque vivía un solitario abeto a quien nadie avisó del gran acontecimiento que estaba por ocurrir y cuando extrañado de la ausencia del canto de pájaros y demás preguntó a un gorrión que marchaba presuroso aquel le informó de la buena nueva.

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El abeto decidió como todos, marchar a Belén y saludar al niño Dios, pero en el camino hubo de encontrarse con mil inconvenientes, nevadas, pérdidas de rumbo, pero él no cejó en su empeño y bastante lastimado en sus ramas y habiendo perdido muchas hojas llegó al pesebre cuando ya todos estaban por marcharse y habían saludado al niño Jesús. Entristecido vio que no podría como el resto saludarlo, pero el niño Jesús divisó al triste abeto y le sonrío…desde aquel día el abeto por haber sido el único árbol que contra toda dificultad llegó al pesebre, se convirtió en el árbol de navidad.

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