Aunque cada vez es más habitual que el árbol de Navidad sea artificial y no natural, todavía en muchos hogares optan por lo natural, y van todos los años a comprar un árbol. Pero, ¿qué pasa después? ¿Se tira a la basura sin más? Pues lo cierto es que no tiene por qué ser así.
De hecho, te vamos a dar algunas ideas para que sepas lo que puedes hacer con tu árbol de Navidad para darle una segunda oportunidad.
El árbol de Navidad: el «adorno navideño» que más sufre
El árbol de Navidad es uno de los iconos de la Navidad. No puede faltar en muchos hogares ya que, con sus colores, siempre hace que se te escape una sonrisa de tu rostro. El problema y esto es algo que no muchos tienen en cuenta, es que, si se utiliza un árbol natural, este va a sufrir semanas sin agua, porque no se suele regar cuando está adornado y con las luces. ¿Y eso que implica? Pues que, aunque los árboles de este tipo son resistentes, las luces, el calor de las casas, etc. acaba por secarlo y eso provoca que enfermen.
Por eso, cuando se quitan los adornos, es habitual que el árbol también pierda sus ramas, porque realmente necesita agua y cuidados que, a menudo, no sabemos proporcionárselos.
Pero eso no quiere decir que ya esté perdido. En realidad hay muchas cosas que puedes hacer con ese árbol de Navidad y no pensar solo en que ya es para la basura. ¿Qué puedes hacer? Te lo contamos a continuación.
Planta tu árbol de Navidad
Una vez ha acabado la Navidad, y has tomado la decisión de quitar los adornos de Navidad (ya sea que lo quites el 6 de enero como pone la tradición católica; o bien el 2 de febrero, coincidiendo con el día de la Candelaria), toca ver tu árbol de Navidad.
Obviamente, no va a estar en su mejor momento, salvo que, en esos días, lo hayas cuidado. También va a depender de dónde lo has comprado porque a veces te venden árboles de Navidad que parecen tener raíces y, cuando los sacas de su tiesto, descubres que solo es un tronco. Sin más.
Pero si tienes la suerte de que tenga raíces, ¿por qué no piensas en plantarlo? Solo necesitas un tiesto más grande y tierra nutritiva para ayudarle a recuperarse de esas semanas que ha estado expuesto a altas temperaturas y momentos de tensión para la planta.
Con un poco de paciencia y mimo podrías salvarlo y, quién sabe, quizá el año próximo no necesites comprar un nuevo árbol de Navidad porque ya tendrás uno más grande y más bonito.
Llévalo a un refugio de árboles de Navidad
¡Hey, hey! No es ninguna tontería. En realidad, en muchas ciudades es habitual que algunas personas se dediquen a recoger los árboles de Navidad que se van a tirar a la basura para cuidarlos y que se pongan bien a fin de que no haya que talar nuevos el año siguiente.
Así, puedes informarte si en tu ciudad hay un servicio similar y llevar el árbol de Navidad si no quieres quedártelo pero tampoco tirarlo a la basura. Ellos se encargarán de intentar que vuelva a la vida y sobre todo será de los que pueda usarse el año siguiente como árbol de Navidad.
Haz compost con el árbol de Navidad
No siempre hay posibilidades de salvar un árbol de Navidad. De hecho, aun cuando lo plantes, o si lo llevas a un refugio de árboles, no tienen la seguridad de salvarlo. Y claro, eso es triste. Pero hasta un árbol así puede ayudar a otros.
Porque puedes hacer un compost con este árbol y otros ingredientes para obtener una mezcla que nutra a otras plantas. Además, al hacerlo casero, vas a saber que lo que aportarás a tus plantas será algo saludable y que no llevará ningún componente que pueda poner en riesgo su salud.
En último extremo… la basura
Si no quieres hacer nada de lo anterior, seguro que lo que harás será simplemente tirarlo a la basura. Pero, ¿sabes que hay una basura o contenedor especial para plantas? Son los que utilizan para poder reutilizar esos desechos para hacer compost industrial. Y si no tienes la oportunidad de cuidarlo y aprovecharlo para ti, quizá lo mejor que puedes hacer es que otro lo aproveche.
Lo importante en sí no es que el árbol mejore, que también, sino el concienciarte de que es un ser vivo y que, como tal, no puede ser desechado sin más después de haberlo usado en las fiestas navideñas. Es como si usaras algo y lo tiraras porque ya no te sirve cuando en realidad sí que puede seguir haciendo algo por ti.
Ahora queda en ti saber qué vas a hacer con tu árbol de Navidad: ¿replantarlo? ¿Llevarlo a una recogida de árboles? ¿Hacer compost? Tú decides.