La magia de Papá Noel y de los Reyes Magos ya comienza a desaparecer pasadas las fiestas navideñas. Y, como todos los años, es posible que hayas pasado por alto el desvelar el mayor secreto que los padres (y otros familiares) guardan a los niños. Algo que, a menudo, descubren ellos solos.
El acceso a Internet de los menores pone en riesgo que se encuentren con ese descubrimiento, y también plantea la duda de si es mejor hacer que crea o desvelar aquello que le has contado en todos esos años. Por eso, hoy vamos a debatir sobre ello.
Decir o no decir la verdad sobre Papá Noel y los Reyes Magos
No podemos evitar pensar en el momento en que todos nos enteramos de la verdad. Es como si, en ese momento, dejáramos atrás la infancia y tuviéramos que enfrentarnos a la realidad, que es mucho más cruda y dura que seguir creyendo en esos seres mágicos.
Sin embargo, a veces por miedo a burlas, a que piensen que no es normal, etc. se considera que hay que acabar con esas creencias mágicas. Aunque, para empezar, podríamos considerar no decírselas antes.
El caso es que tanto Papá Noel como los Reyes Magos tienen un origen, y es algo real. Por tanto, no estás mintiendo. Pero el hecho de magnificar sus poderes, los regalos, etc. sí. Y es ahí donde se puede separar la realidad de la ficción.
No cabe duda de que los niños necesitan esa magia y esos personajes para desarrollarse, pero llega un momento en que tienen que pasar página y entender la realidad dentro de esa ficción. Ahora bien, el problema es que la Navidad ha ido evolucionando en un momento de marketing y de compras como nunca antes (perdiendo así el verdadero valor de esas fechas).
Momentos en los que contar la verdad
1. Cuando tu hijo te pregunte
Los niños no pueden estar viviendo siempre una mentira, sobre todo si esta puede hacer que sus compañeros de clase y amigos se rían de ellos. De hecho, normalmente son esas personas los que hacen que la «magia» se pierda, y hacen que el niño empiece a plantearse si es verdad o no tanto Papá Noel como los Reyes Magos.
A veces, cuando son muy pequeños y ven a muchos Papá Noel y Reyes Magos en la calle, instintivamente les explicas que son personas disfrazadas porque el de verdad (o los de verdad) no pueden perder tiempo en ver a los niños antes de ese día. Otros hablan de que son «gnomos» disfrazados que luego hablan con Papá Noel y los Reyes y les cuentan lo que los niños han dicho.
Pero lo cierto es que llega un momento en que los propios niños preguntan si son reales o no. Y en ese momento lo mejor es no mentirles. Porque si lo haces y siguen creyendo, aparte de que pueden discutir con amigos o algo peor, la traición por esa mentira puede traer consecuencias en la relación padres e hijos.
2. Cuando lo veas capaz de asimilar la verdad
Según los psicólogos, los niños deberían conocer la verdad de Papá Noel y los Reyes Magos entre los 7 y los 11 años de edad. Pero dependiendo de la madurez del niño, será antes o después. Y quien mejor lo puede saber eres tú. Si ves que tu hijo tiene dudas, que empieza a cuestionarse la «magia» de esos seres, entonces lo mejor es que se lo cuentes.
Puedes hacerlo de muchas maneras diferentes, no solo hablándolo y soltándolo sin miramiento (algo que hace que sea demasiado duro para ellos). Porque además, al saber el secreto, para los padres es más fácil decirles que no pueden recibir ya tantos regalos y eso provoca mayor rechazo en los niños (que prefieren no saber para seguir teniendo regalos como siempre).
3. Cuando no sea Navidad
El peor momento que puedes escoger para decirle la verdad a tu hijo sobre Papá Noel y los Reyes Magos es la época de Navidad. Porque con ello acabarás con sus ilusiones y harás que vea todo lo que hay a su alrededor con rabia.
Muchos niños, cuando les preguntas si les hubiera gustado seguir creyendo te dicen que sí, porque es como si se rompiera el vínculo de su infancia y tuvieran que “crecer” olvidándose de seres mágicos y especiales que le aportan esa chispa a su vida.
De hecho, si se lo dices en Navidad, es posible que se enfade, incluso que se lo cuente a todo el mundo, algo que no debería ocurrir.
Ahora bien, es cierto que es en esas fechas, o cerca de ellas, cuando los niños preguntan, pero dependiendo del momento exacto, debes intentar que no sea justo en esa época para que tenga tiempo de asimilarlo y comprenderlo, más aún si hay hermanos pequeños en la familia.