Según parece, el origen del Belén se remonta hasta la época de San Francisco de Asís, cuando con permiso del Papa, revivió el nacimiento de Jesús mediante una representación viviente en una cueva de la localidad italiana de Greccio. San Francisco creó una casita de paja como las que había en la época de nacimiento de Cristo e hizo traer un buey y una mula hacia ese pesebre, e instó a la gente de la zona a que participaran en las escenas del nacimiento de Cristo.
Desde esta época, los franciscanos son los encargados de mantener viva esta tradición que ha llegado hasta nuestros días. Al principio se propagó por toda Italia, y pronto dio el salto a España y al resto de Europa Cristiana. Ya en el siglo XV, en Nápoles se representó la escena con figuras realizadas en barro.
Con la llegada de los frailes hasta tierras americanas, esta idea de los belenes se difundió aún mas, e incluso en cada pueblo al que llegaban, añadian variantes a estas representaciones.
Al principio, las representaciones estaban solo permitidas para la iglesia, pero a partir del siglo XVII, esto dio un salto desde las iglesias hacia los hogares.
Hoy en día son clásicas algunas figuras o escenas de los belenes. Indicamos algunas a continuación:
– El nacimiento
– La adoración de los pastores
– Las ofrendas de los reyes
– Los reyes y sus camellos
– Y como no, el hombre “cagando”,