Contrariamente a lo que muchos puedan pensar, el rito de comer las 12 uvas en nochevieja no se debe a ningún rito ancestral sino a un movimiento muy avispado de los productores de uva. En 1909 el excedente de producción hizo escudriñarse los sesos a los productores que decieron dar salida a la cosecha vendiéndolas como uvas de la suerte.
No se ha determinado el origen exacto de la idea ya que unos dicen que proviene de Barcelona, otros de Alicante y de Murcia. Evidentemente cada uno barre para casa, pero lo cierto es que de cualquiera de estos lugares surgió la idea y se distribuyó al resto de España hasta convertirse en un rito cumplido a raja tabla cada 31 de diciembre.
Cuando llegó la televisión, solamente había dos cadenas, Tve1 y Tve2, y las campanadas se retransmitían por estas cadenas desde la Puerta del Sol, en Madrid, como capital española. De ahí la tradición de tomar las uvas en frente al reloj madrileño.
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