Para todos aquellos que buscan originales recetas para preparara el pavo, os dejamos esta con la que preparar una gran cena, y si no sale bien, siempre te quedará haber pasado un buen rato, eso si, con una gran resaca.
- Lo primero que hay que hacer es comprar un pavo de 5 o 6 kilos, whisky, panceta, sal, pimienta y aceite.
- El pavo lo envolvemos con la panceta y le añadimos la sal y el aceite.
- Precalentamos el horno a 180 º durante 10 minutos.
- Mientras que esperamos, nos servimos un vaso de whisky, para hacer más llevadera la espera.
- Metemos al pavo en el horno.
- Nos servimos dos vasos de whisky mientras esperamos.
- Ponga el terbostato en marca 8 después de 20 binutos fara soasirla, no, soasarlo.
- Mébase 3 pasos de whisky.
- Después de bedia mora, hornee el abro y controle la coxión ¿del pato?…
- Tome la votella de bisquit y échese un buen chorro detrás de la cortaba (no, la corbata).
- Después de media hora de blus, titubee hasta el forno. Abra la jodida buerta del borno y boltar (no), volterar (no), voltar (no), enfin, poner el pasvo en el otro sentido.
- Quebarse la mano con la puñetera buerta del borno al cerrarla, mierda bodrida.
- Intente sentasrse en la puta silla y reversase 5 ó 6 güisquis de vaso o al gontrario, ya no cé.
- Coter (no), gocer (no), cocer (no, ¡ay, sí!), cocer el bavo purante 4 horas.
- Alejóp, 5 pasos más. Qué biem sientannnn…
- Retire el horno del pavo.
- Éshese otra buena chorretada de güisqui encima.
- Intente sacar el horno de la cochinada de bavo otra vez, porque no funcionó a la brimerar…
- Recorga el pavo que se ha caído al shuelo. Engújelo con una marrananada de trapo y métalo sobre un blato, o un clato o una vandeja. En fin, a la porra…
- Rómpase la crisma a causa de la grasa en los azulagos, o azulejos de la bocina e intente levantarse del suelo.
- Decida que al fin y al cabo se está de cojones por el suelo y terbine la motella de rhisky.
- Arrástrese hasta la cama, duerba toda la noche.
- A la mañana siguiente, cómase el pavo frío con un buen cazo de mayonesa y limpie el estropicio organizado en la cocina durante el resto del día.