Se que es una historia un poco triste la que os voy a poner ahora, pero merece la pena leerla , así todos entenderemos un poco más lo que es el sentido de la Navidad.
Era casi Navidad, y ahí yo estaba en la cola para pagar, intentando comprar uno o dos regalos más. No estaba yo con el espíritu de la Navidad
que digamos.
Delante de mí había un niño esperando ansiosamente. No se paraba tranquilo y caminaba de un lado a otro, como suelen caminar los niños.
En sus manos tenía un par de zapatos. Su ropa, toda rota y sucia. Y cuando llegó el momento de pagar no creía lo que escuché:
“Señor, quiero comprar estos zapatos para mi Mamá, por favor. Es Noche Buena y estos zapatos son justamente su talla. Por favor, con prisa, Señor, pues Papi dice que no le queda mucho tiempo. Ella lleva un tiempo grave ya y yo sé que estos zapatos les van a dar alegría. Y quiero que Mamá luzca bella si ella se encuentra con Jesús esta noche.”
Contó muchas monedas y parecían años el tiempo que pasaba. El representante de la tienda le dijo:
“Hijo, no hay suficiente aquí.”
El niño buscó frenéticamente en sus bolsillos y luego se viró hacia mí y me miró. Dijo que su Mamá hacía que la Navidad fuera siempre tiempo de gozo en la casa, aunque por muchos años no tenían con qué.
“Dígame, Señor, ¿qué voy a hacer? Tengo que llevarle estos zapatos de Navidad.”
Bueno, simplemente puse todo el dinero en el mostrador. Tuve que ayudarlo.Nunca olvidaré su mirada cuando dijo, “Mamá va a lucir muy linda.”
Sé que vi algo de amor del cielo mientras me daba las gracias corriendo.Supe que Dios había mandado este niño para recordarme la razón de la Navidad.
Los zapatos de Navidad, por Eddie Carswell.