Todos conocemos las adornos navideños tradicionales de las fiestas navideñas. De algunos conocemos el origen de la costumbre de colocarlos cada diciembre y de otros ignoramos totalmente todo. Es cierto que son ornamentos que podrían pasar inadvertidos en su origen, pero todos forman parte ya de una tradición o una leyenda por la que son parte de la navidad.
El origen del árbol navideño, es quizá una de las tradiciones más socorridas y claro de las que más leyendas existen sobre su origen. Una de las más arraigadas es una vieja leyenda europea sobre un pequeño niño, que durante una fría noche de invierno,buscaba refugio. Lo recibieron en su casa un leñador y su esposa y le dieron de comer. Durante la noche, el niño se convirtió en un ángel vestido de oro: era el niño Dios.
Para recompensar la bondad de los ancianos, tomó una rama de un pino y les dijo que la sembraran, prometiéndoles que cada año daría frutos. Y cumplió su promesa, porque aquel árbol dio manzanas de oro y nueces de plata. A este respecto, también existe una vieja tradición de navidad germana sobre el árbol navideño, este pueblo solía vestir los árboles en invierno, que es la temporada en que pierden hojas, y porque creían que los espíritus benéficos de los árboles no volverían por el frío que hacia.
En cuando a adornar la navidad con manzanas y piedras pintatas, se remontan como las bolas de cristal a la vieja Europa. En la región de Bohemia, se ponían bolas de cristal en los árboles para adornarnos en el largo invierno decembrino, alrededor del 1700. Y el árbol navideño propiamente dicho, se convirtió en centro de la fiesta navideña, a partir del siglo XIX. De Europa pasaría a América a través de los emigrantes, y hoy se usa en todo el mundo.
