El próximo 6 de enero, según la tradición, hay que desayunar un trozo de roscón de Reyes. Y aunque este año los roscones han estado presentes en los supermercados casi desde mediados de octubre, lo cierto es que cuando hay que comerlo es ese día, el de los Reyes.
Si aún no has caído en la tentación de comerte uno y quieres que sea lo más saludable posible, nosotros tenemos la solución. Y es que te proponemos una receta muy sencilla de hacer. Puede que el resultado no sea como los más tradicionales, pero si no se te da bien la receta «complicada», esta seguro que no tiene problema para ti.
Roscón de Reyes: la receta más fácil
Si eres de los que nunca antes ha hecho un roscón y quieres probar, aquí te dejamos una que es muy fácil de hacer. Eso sí, no quiere decir que no vayas a tener problemas, pero no te preocupes, porque hemos pensado en todo y después te hablaremos de la solución de todos esos problemas.
Cómo hacer un roscón casero
Para ello, necesitas tener preparados los siguientes ingredientes: un limón, coco en polvo, azúcar moreno, frutos secos, 3 huevos, hojaldre, nata, azúcar glas y frutas.
¿Y cómo se hace? Pues en sencillos pasos:
- Primero de todo, tritura los frutos secos. Ralla el limón y añade el coco en polvo y el azúcar moreno (con 3 cucharadas de cada uno será más que suficiente).
- Ahora toca mezclarlo con dos huevos y remover para que todo quede uniforme. Añade un poco de nata y bicarbonato y vuelve a mezclar.
- Coge el hojaldre y estíralo. Con un rodillo, puedes ayudarte para que quede más fino. Ahora, córtalo a la mitad. Junta ambas partes haciendo que las tiras sean más largas y haz lo mismo con otro hojaldre. Así tendrás 4 capas de hojaldre dispuestas a lo largo.
- Encima de este coloca la mezcla que has hecho antes. Puedes incluir la sorpresa, guindas u otro tipo de ingredientes que quieras encontrarte dentro. Ahora toca lo que es un poco más difícil, y es enrollarlo como si fuera un rosco. Ten cuidado de que no se te rompa. Por último, solo tienes que colocar por encima la fruta escarchada (opcional) y pintarlo con almíbar o bien con un huevo batido.
- Precalienta el horno a 185º y mete el roscón por media hora. Una vez lo saques, para darle un colorido especial, rocíalo con azúcar glas.
Los problemas que te pueden surgir al hacer un roscón de Reyes casero
Ya sea que sigas esta receta, o que te decantes por otra de un roscón, es normal que, al principio, y hasta que domines la receta, te cueste un poco, y te encuentres con una serie de problemas que son de fácil solución. Pero, claro, antes has de saberla.
Por eso, para anticiparnos a ello, aquí te dejamos algunos de los problemas, y sus posibles soluciones, para que esta receta no se te resista.
Masa demasiado pegajosa
Cómo sabes, uno de los requisitos del roscón es que la masa debe estar cruda y has de manipularla así. Entonces, tienes el problema de que esta se te pegue a la mesa o a las manos, y al final, por mucho que quieres darle forma de rosco, lo que consigues no se parece porque está demasiado pegajosa.
Pero hay trucos para mejorar esto. ¿Cuáles? Pues, para empezar, el hecho de que tus propias manos estén humedecidas con aceite. De esa manera la masa no se te pegará. En el caso de la mesa, prueba con harina, ya que actuará de filtro entre la superficie y la masa. Eso sí, recuerda echar de vez en cuando mientras la manipulas.
Si además puedes mantener una temperatura constante de 25 grados, mejor que mejor.
La fermentación del roscón
¿Te ha pasado alguna vez que has dejado la masa del roscón para que suba y esto no ha pasado? No es que te hayas equivocado tú, es que a lo mejor la temperatura ambiente que hay no es la adecuada. ¿Y qué puedes hacer? Pues intenta meterlo en el horno, eso sí, apagado. De esa manera, en ese lugar la temperatura será más constante (y además, al ser un lugar cerrado, estará algo más elevada que en el resto de la casa.
Eso sí, recuerda muy bien los tiempos de reposo, ya que, si por algún motivo te despistas (porque no le das suficiente tiempo; o bien le das de más), va a repercutir. Por ejemplo, si la masa ha fermentado demasiado tiempo, eso hará que el roscón, después de hornearlo, se desinfle, y el resultado no va a ser igual.
Una costra en la fermentación
Si en los roscones que has hecho anteriormente has visto que se le formaba una costra dura en la parte superior, y has acabado tirando la mitad de la masa por este motivo, que sepas que es fácil de resolver. Cuando la dejes fermentando, úntala de aceite o de clara de huevo. De esa manera evitas el que se te agriete después o que no suba lo que debe.
El mayor problema del roscón: ¿y el agujero?
Imagina que has hecho una masa perfecta para el roscón. Que la has metido en el horno con la forma definida y, cuando vas a sacarlo, descubres que el agujero que le has puesto ha desaparecido. ¿Y ahora?
Pues, para que eso no pase, lo mejor es que utilices un molde que tenga ese agujero de tal forma que, cuando suba, no pierda la forma. Otra opción es poner algo en el centro lo bastante duro y alto como para que, cuando suba, la masa no se junte.